lunes, 25 de octubre de 2010

Las Noticias de Sucesos

Todas las mañanas al llegar a la oficina tomo el periódico de turno, el mismo que amablemente dejaron por allí después de algunas lecturas. 


Los compañeros me dicen al verme. ¡No leas la parte de sucesos! como si esto fuera suficiente para controlar al más curioso de los seres, al mismo que seguramente en otros etapas de su vida, los adultos confundían con desobediente. Entonces voy y leo la sección completa...



Todo parece igual, nada cambia... 

  • muerto por un pleito de faldas, 
  • muerto por un pleito en el transito de la ciudad, 
  • muerto por quitarle la moto que tanto le costo trabajar, 
  • muerto porque sencillamente iba pasando y le toco....

    Me pregunto, ¿cuándo fue que nos pasó esto? ¿cuándo fue que el país se convirtió en una historia del lejano oeste?, ¿cómo es que una minoría puede hacer con la mayoría lo que le provoca?, porqué una pistola puede más que mil voces. Cuando fue que olvidamos los valores y los cambiamos por anti-valores.

    Me pregunto, por ello será que está generación clama por justicia, en cada instante de su vida, en cada transacción de su día a día. ¿Será que por nombrarla tanto se nos olvido la justicia? Porqué será que cuando la necesitamos la invocamos, pero cuando nos toca cumplirla nos hacemos los desentendidos.

    Porqué nos encanta que otros cumplan las normas y nosotros nos ufanamos al saltarlas, como si fuese todo un logro, pero qué logramos, engañar o engañarnos, somos en ese momento un ejemplo a seguir ¿bueno o malo?...

    Qué es aquello que subyace en el incumplimiento del deber ser. Que enamora en un momento determinado y hace cometer locuras, algunas fueras de lugar como el crimen o el homicidio y otras tan increíbles como una vacuna o algún avance tecnológico que cambia nuestras vidas.

    Somos seres del cambio, de la acción, del progreso, malo o bueno... pareciera que progresamos en todo... en los índices de inflación y en la cantidad de dinero circulante gracias a los aumentos salariales. En los hospitales rehabilitados y en el número de casos atendidos por violencia domestica o callejera.

    Hacemos algo bueno y a la vez algo malo, quedando tristemente en tablas en este partido de ajedrez.

    De todas formas sigo escuchando, justicia, justicia, justicia...como si estos gritos fuesen importantes sólo cuando nos toca lo malo, cuando en verdad nos importa, es después de lo malo, porqué no antes, como si nuevamente fuese más sencillo decir el destino me las jugó y me ganó.

    Pero eso si, cuando soy yo el que gana. Soy yo! jamás fue el destino que me la regalo. Fui yo con todo mi ser e inteligencia que lo logre.

    Porque escucho tanto. Que el profesor de la vida me raspo y jamás yo raspé... pero con total regocijo también escucho, yo pasé y nunca fue el profesor de la vida que me pasó. Por qué todo lo bueno nos pertenece y lo malo no.

    Porqué se nos hace tan fácil, hacernos de la vista gorda ante las normas y cruzar la calle con la luz verde siendo un peatón, porqué le restamos importancia a las normas de la vida hasta que violan nuestras normas.

    Porqué tantas cosas como estas...¡basta! y cero excusas...